domingo, 20 de noviembre de 2011

Verdades en un mundo de mentiras.

Las oportunidades pasan y nunca vuelven, y si vuelven nunca son igual. Es como el chocolate caliente que una vez frío y recalentado, no sabe igual. Es como uno de sus abrazos, que me podrán dar miles de abrazos, pero ninguno como los suyos. Nada sabe igual. Es como si estuviera vacía, como si no fuera capaz de sentir nada, y esa sensación no es nada agradable. No hay nada que me llene en el mundo mas que su voz, que su sonrisa, que su todo, que verle. Aunque solo sea una milésima de segundo y le vea pasar de largo mientras disfruta alegre de su vida. Pero también me gusta que cuando pase por mi lado,se gire, me mire y piense ¿ cómo hubiera sido nuestra vida juntos? Ya, pues ahora no vale la pena hacerse esa pregunta, porque aunque tuviéramos otra oportunidad nunca sería igual que la primera, nuestra primera vez. 

1 comentario:

  1. me gusta la comparación con el chocolate. Mu acertada!
    me gusta el blog, te sigo.
    Un beso :)

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