domingo, 22 de enero de 2012

Puede que sí, puede que no, quizá tal vez sepa lo que es.

Es como tener un nudo en la garganta, que no te deja respirar, que te ahoga, que te atormenta, que te va matando poco a poco, hasta que te asfixia. Así es lo que siento. Fuera las ñoñerias de amor no correspondido, enamoramiento, amor, dulzura, novios, te quiero's sin personalizar y etc. que se encuentran por cualquier parte. He aquí la "fantástica" realidad del mundo, en la que este y su gente te va oprimiendo de tal manera, que acabas por llorar en cualquier parte, o mejor dicho a aguantar lo que sientes porque no puedes ser más débil que el resto. Suerte que de vez en cuando te encuentras a personas que realmente valen la pena, pero solo de vez en cuando, porque la mayoría van a querer hundirte, sin distinción de sexos. Es duro mirarte al espejo y pensar cuanto has cambiado, desde luego, ahora no sabes si te gusta lo que ves. A veces te sientes la persona más afortunada del mundo, por ser como eres y por tener lo que tienes. ¿Pero de verdad tienes tanto como piensas? He estado reflexionando y me he dado cuenta que el ser humano puede hacer muchos avances en tecnología, ciencia...pero se les escapan las cosas mas ínfimas pero a la vez importantes, como por ejemplo, la respuesta a la tan repetida pregunta de la sociedad ¿Qué es querer? Y no me refiero a sentirte amado, a querer uno mismo. He leído mil historias y he visto a cientos de parejas, pero siempre me viene a la mente la misma pregunta ¿Se querrán? Porque querer no son cuatro besos mal dados o un revolcón en la cama, es mucho mas que eso. Es vivir un día a día, es superar obstáculos, es  lo bueno y lo malo, son las tonterías, la vergüenza, las ganas de comerse el mundo, las ilusiones, las expectativas, es un todo y una nada...Y yo aquí, nunca me he sentido realmente completa, es más, nunca he sentido eso. 
Hoy estoy negativa, y esto es sin remedio. 

lunes, 16 de enero de 2012

Dueños de nuestras vidas, esclavos de nuestro tiempo, somos nuestro propio reloj.

Una máquina del tiempo, ¿a quien no le ha hecho ilusión? La verdad es que todo el mundo la desea para poder volver atrás y enmendar los errores del pasado, pero yo no pienso así. La utilizaría para ver que es lo que me depara el futuro, porque tal vez el futuro no seamos tú y yo, tal vez sea una mezcla de nosotros y ellos; puede ser que no estemos destinados a estar juntos o puede que sí, ¿quien sabe? Pero hablar del amor es cansino, irritante a veces, sobretodo si no tienes a nadie con quien compartir tu vida o simplemente quererle, y en mi caso, no hay nadie o puede que sí, ni yo misma lo sé. Hasta hace poco me apasionaban los textos de amor, y ahora los miro y no les encuentro el sentido. ¿Dónde ha quedado la magia? Es bonito sentir, no lo niego, pero también es bonito ser libre, y creo que ahora es una de mis prioridades. Me encanta hacer lo que quiera, me lo paso mejor que nunca. Pero volviendo al tema del futuro, puede que no esté tan lejos como pensamos, dentro de un minuto será futuro, es más, mientras escribo esto estoy viviendo el pasado, el presente y el futuro. Ilógico, ¿verdad? Pues sí, tal vez nuestro futuro esté escrito, o grabado como en una película, o quizás en forma de canción, quien sabe...nadie lo sabe. O puede ser, que simplemente, esté por llegar y que tus propios actos sean los que se labren un verdadero futuro, y dicho esto, todos tenemos una máquina del tiempo, si, somos nosotros. Dueños de nuestras vidas, esclavos de nuestro tiempo, somos nuestro propio reloj. No tenemos un espacio establecido entre minuto y minuto, o segundo y segundo. Nuestros sentimientos dominan esto, para ellos una hora puede convertirse en el minuto más corto, y un segundo en la hora más larga. 

lunes, 2 de enero de 2012

Far away.

¿Quién decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año... es un acontecimiento, grande o pequeño. Algo que nos cambia, que nos da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo. Para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos. Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar. Aunque también es importante recordar que entre todo lo malo siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse.