La felicidad es un maquillaje.

"La pasión y la satisfacción van cogidas de la mano, y sin ellas, la felicidad sólo es temporal, porque no existe nada que la haga perdurar" Savannah Lynn Curtis


Casi a punto de acabar el año he decidido centrarme en esta frase, porque recoge tanta información en tan poco texto que percibirla en su totalidad es difícil. He de decir que yo, con respecto a lo que ha pasado todo este año, me siento muy, es mas, demasiado identificada con esta frase. El 2011 lo dejo completito, aunque no ha sido mi mejor año. La felicidad, un concepto difícil de definir, es tan relativo...Todos pensamos que la felicidad está en aquello que no tenemos, y puede que sea verdad, pero ¿por qué cuando lo tenemos no somos felices? Y hablo del año pasado, porque yo considero que no he sido feliz del todo, he tenido mis momentos buenos y la suerte de encontrar a unas amigas excelentes, pero eso no ha conseguido completarme. Pasión y satisfacción, desde mi punto de vista si que tienen que ver, aunque no todo el mundo este de acuerdo. Y con esto llego a un pequeño razonamiento: La felicidad es un conjunto de sensaciones,sentimientos, e incluso personas que unidos funcionan, pero si uno solo de ellos se separa ya nada funciona. 

Todos, de una manera u otra, estamos locos.

La locura es la incapacidad de comunicar tus ideas. Como si estuvieras en un país extranjero, viendo todo, entendiendo lo que pasa a tu alrededor, pero incapaz de explicarte y de ser ayudada, porque no entiendes la lengua que hablan allí.

No hay que fiarse de las respuestas, nunca son lo que aparentan.

Hablar siempre en voz baja es algo que, poco a poco, disuelve las palabaras y reduce las conversaciones a un intercambio de gestos y miradas. El miedo, como la voz queda, desdibuja los sonidos porque el lado oscuro de las cosas sólo puede expresarse con silencio.

Break the law.

¿ Hola? Quería decirte, que no tengo palabras para describir esto, exacto, para describir la nada. Menos por menos es más, pero aquí estoy yo para romper todas las reglas y lo dejo en menos, exacto ese término que tanto nos gusta a la humanidad, gran ironía. Más por mas MÁS, que va no te equivoques vuelve a ser menos y si no explícame como cuando llegamos al término máximo de nuestra relación, el infinito positivo del amor, caímos, en picado 919946775288992683848486 metros y nos quedamos ahí, estampados en el suelo, sin nada que hacer, porque exactamente ya no teníamos nada.  Y aquí estamos uno a cada punta de la ciudad, ¿y que hacemos? Nada. ( Qué irónico vuelve a aparecer este término, ¿cuántas veces ha aparecido ya? Yo he perdido la cuenta ) Y ahora intenta medir lo que sientes, no puedes, lo sé, yo tampoco. Pero no te preocupes (sé que no lo harás, pero por si acaso), ya está todo. Ah! Y se me olvidaba decir, gracias por criticarme. Dicen que siempre hay que sacar el lado positivo a todo, pues yo he convertido tus criticas en consejos, si, si no hace falta que te sorprendas; porque gracias a ello ahora soy mas auténtica que nunca, soy completamente distinta a lo que un día describiste. Ahora hago lo que quiero, y pienso lo que quiero. Feliz Navidad. 

Todo es posible.

Todo es posible. A veces es tierno y dulce, después de repente, salvaje y violento. Suspira y mira la pizarra. Esa ecuación es mucho más fácil de resolver.

Piensa, escoge y disfruta.

Me he perdido entre la multitud. He pasado de ser única, a ser una más del asombroso rebaño que se dirige al fracaso a la velocidad de la luz. Me he condenado yo misma, sin darme cuenta que el semáforo se había puesto en rojo y me había dicho que parara y yo sin saber porque, continué dejando que el coche arrollara mi cuerpo sin haber nadie que me salvara. Era la adrenalina que nos completaba, que me hacía saber que dentro de ti aun quedaba algo de mi, pero no estabas, y me perdí. Y me dejé guiar, me dejé influenciar y en ese mismo instante en el que el coche estuvo encima de mi me di cuenta que era una estupidez, que tu tenias tu propia vida y que nada iba a cambiarlo, y que yo, a pesar del paso de los años, continuaba siendo la misma inmadura que un día conociste.

Un invierno en Lisboa.

Hay ocasiones en las que uno tarda una fracción de segundo en aceptar la brusca ausencia de todo lo que le ha pertenecido: igual que la luz es más veloz que el sonido, la conciencia es más rápida que el dolor, y nos deslumbra como un relámpago que sucede en silencio.